martes, 16 de noviembre de 2010

Un planteamiento erróneo

Llevaba ya un tiempo sin nada en mente acerca de lo que escribir. Quizás, o muy probablemente, el estar demasiado ocupado con la universidad ha sido el factor más influyente. Esto ha sido, en parte, una traba para con mi inspiración. Pero también una ayuda.

Y esto es porque precisamente voy a escribir sobre eso; sobre la incoherencia total y plena de las prácticas de mi escuela. Con esto no me refiero a prácticas de laboratorio (como química, electrónica o electricidad), si no a los proyectos de diseño que hemos de realizar en ciertas asignaturas.

Me toca mucho los cojones la forma en la que se ha estipulado Diseño Industrial aquí en Sevilla. – Esto es un tema muy reiterado por mí, pero creo que es necesario. -

Estoy actualmente realizando una práctica que consiste en la evaluación de unas alternativas de diseño para un taladro portátil. La técnica AHP se trata de un método matemático y estadístico que se basa en el establecimiento de matrices y el cálculo de sus correspondientes autovalores y autovectores. Con esto, y tras realizar un gran número de cuentas, presumiblemente debería salirte un valor numérico que pondera y define un “buen o mal diseño”.

Aquí es donde considero absolutamente erróneo el concepto de diseño que se adquirió (o se investigó) en la EPS (o Escuela de Paridas Sinsentido). Para mí es imposible categorizar el diseño de forma cuantitativa, no logro entender que el camino para encontrar una idea sean los números.

Acabo ya esta entrada sin conseguir resolver mi mosqueo y básicamente porque tengo que seguir con la práctica.

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