domingo, 12 de septiembre de 2010

Reflexión de una noche de verano

Palabras sin sentido, deleznable la figura que encarna el personaje de sonrisa maquiavelica. La espera del semaforo consigue abrumar la profundidad de mi alma. Mientras el humo se consume bajo la incesante lluvia de las miradas y las luces del alba. La apatia metropolitana del incesante pulular de ocupadas y trajeadas mentes me enerva hasta que se completa el tempo de la danza endiablada de la resbaladiza noche. El verde placer de buscarlo para entrar en el trance del imparable movimiento. Las hurracas se adoran unas a otras para encontrar su propio nido. Vuelve a saltar la aguja del tocadiscos rompiendo el ciclico sonar de los acordes.

Fdo. "El kely"
Mierda de nuestras mentes.

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